Ilustración y renacimiento de la política, ¡urgente! / Ignacio Ruelas
Aguascalientes, Febrero 08 (2022).- La vida compartida nos ha puesto retos muy sentidos que tienen un amplio “borrador de futuro” que la esperanza entraña. Al propio tiempo nos recuerda que somos protagonistas esenciales de los cambios, de las verdaderas transformaciones sociales, entre ellos los culturales, en los que, dicho sea de paso, la política ha estado ausente. El cambio cultural que entraña la velocidad de la luz, sin duda, conmueve la coexistencia, se trata de entender el instante como referente cotidiano. En el año 2022 del presente siglo es preciso cuestionar tanto la teleología como coherencia de las instituciones, “único patrimonio del pueblo”, sobre todo las educativas y culturales, epicentros de la política.
La construcción de lo social nace en un “mísero detalle”: vivir juntos. El discurso político tiene voz para decir cómo hacerlo colectivamente. Este cosmos es la escuela, como en el cuento de Pinocho, “la ciudad está en la escuela y la escuela está en la ciudad”, y su bóveda celeste es el sentido educativo, eje de las instituciones culturales, perder el sentido es perder la confianza, la pandemia nos sitúa en esa pérdida, ¡no lo permitamos! La política posibilita que el colectivo se ponga de acuerdo. ¿Cómo vive la sociedad y entre qué fenómenos se debate día a día?, en ese devenir cotidiano el mundo cambia, la cultura cambia, la educación cambia, desde luego, la convivencia debe atender esas transfiguraciones, ese es el momento estelar de la política, en el mercado de las ideas políticas particularizar responsabilidades y flexibilizar vínculos sociales en donde se engendra vida compartida, ahora se destruyen todas las mañanas desde un frío monologo.
El formato de lo individual representa un manantial cambios culturales, es la fragua del pensamiento y sus productos. Tengo para mí que es en el rigor estratégico de la política ahora en el marco de las tecnologías de la información y la comunicación, la escena donde las personas asumen sus libertades y sus riesgos en el entorno social. Antes de la transmisión indiscriminada de imágenes, cuando los noticieros eran el motivo de la espera para saber el acontecer del mundo, cuando los diarios creaban imágenes de lo ocurrido “ayer” …, se gestaba un secuestro tradicional aceptado y compartido de un día de atraso. Hoy los andamiajes sociales se han vuelto más frágiles, ahí está el reto de la política, rescatar la vida compartida para seguir protegiendo a la sociedad creando una pedagogía que reconcilie los lazos y relaciones entre la familia y la comunidad. Educación y cultura es la clave de una política empoderada en beneficio de las personas, la política es eje de una buena distribución de la riqueza, de la generación de empleo, del crecimiento, del desarrollo… la política reúne a todas las disciplinas que estudian al ser humano y la vida compartida. La violencia es solo un distractor efectivo que ha subsumido la política.
La política tiene sus alcances en los cambios culturales. La política tiene un péndulo: la cibernética, formas de comunicación para el acuerdo y el desacuerdo en medio de puntos de unión comunes, avenidas inéditas para ejercer una pedagogía pública que permita que las personas ejerciten la inteligencia y el sentido de sus existencias. Es preciso que esa pedagogía sea un apoyo político de lo emocional. La política es el crisol del nosotros, clave de la libertad y el acomodo a las realidades. El sentido de la democracia tiene su centro en el arte de DECIDIR, una luz que abraza lo colectivo desde lo común. Significados y experiencias políticas compartibles. La cultura en política es referente de la experiencia de la satisfacción colectiva, se trata de vivir de conformidad a los nuevos referentes de las realidades y de convivir de conformidad a los cambios que la política impulse desde la escuela, desde las políticas públicas eficientes y eficaces, desde el cuidado de las costumbres, desde la forja del carácter social.
La política, hoy más que nunca, se define por redes, es el cambio cultural, quiere decir que las estructuras, roles, verticalidad, cada día pesan menos y empujan un fortalecimiento del individuo y las redes que los relacionan. La “sociedad es red”, son pantallas y significados, se presenta una avenida que nos separa de ese pasado estructural y nos acerca a una sociedad de personas. Las masas se volvieron público. Los valores se aprestan como signo de tolerancia, pluralidad, y dínamo del cambio. La política es la salvación, bien llevada, desarrolla habilidades para el consenso, inteligencia para atender lo incierto, aprendizaje constante, gerencia, gratuidad, reciprocidad fundada en la verdad, esto, entre otras, es la confianza.
Llegó la hora de refundar la política, la realidad lo demanda, una transformación del monologo a la discusión, cambio de métodos, voz para los que escuchan, actitudes valerosas, apreciaciones imparciales, interpretaciones justas…